Dark Souls Prepare To Die Edition

Dark Souls ocurre en otro mundo cuya historia no tiene ninguna conexión argumental con la de Demon’s Souls, pero eso no quiere decir que no tenga conexiones temáticas y simbólicas. En una era antes del tiempo, la Edad de los Ancianos, los Dragones Eternos gobernaban sobre un mundo aún en formación hasta que, no se sabe muy bien cómo, apareció el fuego y se encendió la Primera Llama, y comenzó a dividir el mundo en dualidades enfrentadas: frío y calor, luz y oscuridad, vida y muerte. De la oscuridad surgieron criaturas que encontraron poderosas almas en la Llama que los convirtieron en grandes Señores, prácticamente dioses. Tres de ellos, liderados por Gwin el Señor de la Luz, se enfrentaron a los dragones y pusieron fin a su reinado; un cuarto, el oscuro Furtivo Pigmeo, tomó su pdoer y desapareció. Así comenzó la Edad del Fuego, una época dominada por los dioses con mano de hierro bajo la luz de la Primera Llama, que alimentaba todas las hogueras de la tierra. Comenzó también la maldición de los no muertos, un misterioso mal ligado a la Primera Llama: quienes la sufren no pueden morir del todo, y deben entregar su humanidad al fuego para evitar enloquecer y convertirse en Huecos, criaturas miserables y sedientas de sangre. Pero la Primera Llama no podía durar eternamente: estaba condenada a desaparecer y dar paso a la Edad de la Oscuridad, una edad en la que el ser humano gobernaría y acabaría con el reinado de los dioses. En su afán por reavivar la Llama, los dioses causaron un gran daño al mundo y desencadenaron todo un ejército de demonios; hasta que al fin Gwin se sacrificó y se lanzó a la desesperada al fuego para reanimar la Primera Llama. Lo consiguió, pero a un alto coste: el propio Gwin ardió, y el poderoso Señor de la Luz se convirtió en una sombra de sí mismo, un Hueco enloquecido: el Señor de la Ceniza. Y aún así no hizo más que postergar lo inevitable: la Primera Llama no puede arder por sí sola eternamente, y pasado un tiempo comenzó de nuevo a titilar y desvanecerse.

Dark Souls II: luchando contra la maldición

Hidetaka Miyazaki sólo ejerció un vago rol de supervisor en Dark Souls 2, y se nota: es el juego menos inspirado de toda la saga en todos sus aspectos, incluyendo la narrativa. El trasfondo es el mismo que en Dark Souls, aunque no sea una secuela directa: la “mitología” de la Primera Llama, las Edades del Fuego y de la Oscuridad, la maldición de los no muertos que se convierten en Huecos sigue presente y no ha cambiado. En esta ocasión nos trasladamos al reino de Drangleic, hasta el que peregrina el personaje protagonista en busca de una cura para la maldición que le está convirtiendo lentamente en un Hueco. No sabemos cuál es exactamente la conexión de Drangleic con Lordran, la tierra en la que ocurren los acontecimientos del primer Dark Souls. Podría ser otro reino en otro lugar del mundo; pero todo tiene más sentido (y cuadra mejor con los temas de la saga) a que estamos ante una nueva iteración del ciclo Fuego – Oscuridad. En Dark Souls vimos la primera vuelta de la rueda; en Dark Souls 2 vemos que la rueda ha seguido girando durante siglos, quizá milenios, y que es inevitable que el ciclo se repita una y otra vez.

Dark Souls III: tras la Primera Llama

Llegamos al final de este texto: no queremos entrar ni en el trasfondo ni en la historia de Dark Souls 3 para evitar spoilers a aquellos jugadores que quieran descubrirlo todo por su cuenta. Sólo voy a comentar muy brevemente la conexión que existe en el planteamiento de Dark Souls 3 con el universo creado por los demás Souls, lo que puede servir para situar temáticamente a los nuevos jugadores y que sepan por qué están recorriendo Lothric espada en mano. De todas formas, lo que voy a decir a continuación se puede considerar un SPOILER LEVE, aunque no pase de la descripción del argumento que uno se puede encontrar en la wikipedia. En Dark Souls 3 encarnamos a un guerrero no muerto, pero no exactamente porque esté aquejado por la maldición: nos convertimos en un Latente, una criatura de alguna forma conectada al poder de la Primera Llama a través de las hogueras. Llegamos al reino de Lothric con la misión de encender la Llama, reducida ya a ascuas, y evitar así el fin del mundo y el advenimiento de una Era de Oscuridad. Para ello tendremos que lograr que los anteriores Señores de la Ceniza, los héroes que en el pasado se sacrificaron para volver a encender la llama, vuelvan a los tronos desde los que protegían el fuego. El planteamiento es similar al de los juegos anteriores, y vuelve a girar alrededor del mismo ciclo, el mismo conflicto. La gran diferencia es que aquí nuestra propia naturaleza como personaje está conectada de alguna forma a la Primera Llama: los Latentes de Dark Souls 3 no son Huecos ni su aspecto se deteriora al ir perdiendo humanidad. En la introducción cinemática del juego se nos dice que (la traducción es propia) “en verdad los Señores abandonarán sus tronos / y los Latentes se alzarán: / no muertos, malditos sin nombre / indignos siquiera de ser carbón. / Y así es / que la ceniza busca ascuas”. La palabra en el texto en inglés para Latente es unkindled, un neologismo que significa “no encendido”. Yo entiendo de ello que el personaje protagonista y el resto de Latentes son criaturas que, de algún modo, tienen el potencial para servir de “combustible” de la Primera Llama; y es esa conexión con el fuego primordial la que impide que mueran del todo.

Dark Souls Remastered

Confirmado: Nintendo Switch tendrá su propio Dark Souls. Ha sido parte del sorprendente e inesperado Nintendo Direct Mini, estrenado a las 15:00, hora española, y que ha servido para confirmar estrenos de videojuegos de la categoría del citado Dark Souls: Remastered, Mario Tennis Aces, Donkey Kong Country: Tropical Freeze, Hyrule Warriors: Definitive Edition o The World Ends with You -Final Remix-. Regresamos a Lordran para revivir uno de los videojuegos más exitosos de la pasada generación de consolas, que en su estreno en Nintendo Switch (lo que supone el debut de la franquicia Dark Souls en una consola de Nintendo) mejorará su resolución y tasa de imágenes por segundo. Entre el contenido extra incluido está el DLC Artorias of the Abyss, en el que nos mediremos al legendario héroe. Dark Souls Remastered no se quedará en exclusiva para la plataforma de Nintendo: permitirá a los jugadores de PC, PlayStation 4 y Xbox One disfrutar del juego de culto en sus plataformas. Las versiones de consola de actual generación y PC alcanzarán los 4K y los 60 fps, mientras que la versión de Switch correrá a 30 fps y se podrá jugar a 720p en modo portátil y 1080p con la base conectada. La mejor noticia de Dark Souls: Remastered es que no tendremos que esperar demasiado para disfrutar del juego: llegará a Nintendo Switch, PS4, One y PC el próximo 25 de mayo. Se espera que se den a conocer nuevos detalles del software en las próximas semanas. El anuncio ha sido acompañado de un espectacular tráiler.

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